jueves, abril 03, 2008

2 de abril

Les tocó en suerte una época extraña. El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos.Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras. Lópes había nacido en la ciudad junto al río inmóvil; Ward en la ciudad por la que caminó Father Brown. Había estudiado castellano para leer El Quijote.El otro profesaba el amor de Conrad, que le había sido revelado en un aula de la calle Viamonte. Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel.Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen.El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender.

Jorge Luis Borges

3 comentarios:

Anónimo dijo...

2 de abril: Día del veterano
y de los caídos en la guerra en Malvinas

“Los viejos amores que no están,
la ilusión de los que perdieron,
todas las promesas que se van,
y los que en cualquier guerra se cayeron.

Todo está guardado en la memoria,
sueño de la vida y de la historia.”

La memoria. León Gieco


El lado humano de la guerra

En las películas bélicas solemos ver escenas en las que los protagonistas pronuncian frases heroicas en medio de las batallas, militares de uniformes llamativos manejan armas de última tecnología, banderas y estandartes flamean ante severas formaciones en ceremonias de entrega de condecoraciones o prolijos funerales.

En las guerras de las películas conocemos a los combatientes de forma íntima: allí tienen nombre, rostro, historias, afectos y sueños. Pero en la guerra no suele ser así.

En los textos de historia encontramos las motivaciones económicas y geopolíticas de las contiendas. Los historiadores describen los hechos de forma cronológica. Por ellos conocemos los nombres de quienes tomaban las decisiones y las circunstancias en las que lo hicieron, los escenarios de las batallas, los resultados y los números de las bajas y heridos.

Pero la guerra es mucho más que eso.

Es necesario ponerle un rostro humano a la guerra, para que no nos dejemos fascinar por toques de clarín y ordenes de cargas, porque sobre todo eso flota la muerte, las mutilaciones, las familias destruidas, las vidas marcadas para siempre por el horror, las imágenes que se renuevan una y otra vez en pesadillas, el miedo, la marginación…

También es preciso darle a ese rostro humano de la guerra una historia de vida y un nombre. Ese nombre que le es negado hasta en las tumbas. La mayoría de cuerpos que descansan en el cementerio argentino en Darwin no están identificados. Las tumbas sólo exhiben una placa puesta por los británicos que dice: “Soldado argentino sólo conocido por Dios”·

La gesta de Malvinas, más allá del hecho histórico, tiene su lado humano y esta fecha lo recuerda. Es el día que homenajeamos a los civiles, militares y soldados conscriptos que participaron efectivamente de la guerra en Malvinas, aquellos que regresaron y a los héroes que dejaron su vida en la turba malvinense o descansan en el Atlántico sur.

Este día también nos brinda una oportunidad especial para que, de cara a las atrocidades de la guerra, eduquemos para la paz y la convivencia pacífica entre las personas, y revaloricemos el diálogo para la resolución de los conflictos por sobre la violencia armada.


Causa justa, guerra injusta

Los argentinos sabemos de nuestros legítimos derechos sobre la soberanía de las islas Malvinas, Georgias, Sandwich e Islas del Atlántico Sur, por eso hemos reclamado y seguimos reclamando en distintos foros internacionales como la Organización de los Estado Americanos y las Naciones Unidas.

La terrible dictadura militar que gobernó nuestro país entre 1976 y 1983, utilizó una causa justa como la de Malvinas, con la intención de sacar un provecho político, revertir la decadencia en la que estaba sumida y lograr una legitimación que nunca tuvo.

Aunque las causas sean justas , como en el caso de Malvinas, las guerras nunca lo son. Las guerras siempre son un fracaso de la humanidad, no tienen ningún aspecto positivo y nada las justifica. Entonces: ¿Con que fines se hace una guerra y a quién beneficia? ¿Por qué hay guerras? Estas preguntas pueden ser motivo de reflexión en nuestra clase.

La guerra del Atlántico Sur no fue la excepción. Fue además una aventura torpe e improvisada, plagada de errores políticos, diplomáticos y militares , producto de la dictadura más cruel y sangrienta que padeció nuestro país.


Mucho más que chicos de la guerra

Sin embargo la ilegitimidad del gobierno dictatorial argentino y sus terribles errores y horrores, no logran empañar el desempeño de los combatientes argentinos en Malvinas .

La resistencia heroica en la defensa de Puerto Argentino, realizada por fuerzas integradas en su mayoría por jóvenes que cumplían con el servicio militar obligatorio, con una instrucción militar mínima, mal equipados, mal alimentados y soportando por semanas condiciones climáticas extremas.

O las acciones de los pilotos argentinos quienes demostrando un grado superlativo de profesionalismo, volaron misiones por sobre la poderosa flota inglesa, al límite de su capacidad de combustible y en aviones obsoletos, son solo algunos pocos ejemplos de acciones llevadas a cabo por nuestros compatriotas.

Las circunstancias adversas, realzan el accionar de quienes, superando estas desventajas, se enfrentaron a una de las fuerzas armadas más poderosas del mundo y sus aliados, en defensa de la soberanía territorial argentina.

La guerra después de la guerra

La derrota en la Guerra del Atlántico Sur aceleró la caída del gobierno militar y la vuelta a la democracia.

El regreso de las tropas argentinas se hizo en silencio, casi a escondidas. Se les indicó que no debían hablar, se les dijo que el mejor homenaje a sus compañeros caídos era el silencio y se los sepultó en el olvido.

La ciudadanía ocupada en el mundial de fútbol de España deseaba olvidar rápidamente la derrota. Los excombatientes fueron olvidados, primero por las autoridades militares, luego por las políticas.

La guerra de Malvinas duró 74 días. El día que terminó esa guerra, comenzó para los excombatientes otra lucha que ya lleva 25 años.

Los excombatientes no recibieron ningún tipo de asistencia para las secuelas físicas y emocionales de una guerra. Hoy se sabe que estas secuelas conforman el denominado síndrome de stress pos-traumático, que trae aparejado severas dificultades para una vida plena.

Para conseguir trabajo muchos debieron esconder su condición de excombatientes, pues eran rechazados.

Fue la lucha de los excombatientes, especialmente los ex soldados conscriptos quienes lograron, con no poco esfuerzo, algunas medidas favorables como la pensión nacional y a través de ella la obra social del PAMI.

Por eso, este día también es una ocasión para reconocer la lucha de ciudadanos que habiendo superado el hambre, el frío, el miedo y el horror de la guerra, en cumplimiento del mandato de defensa de la patria, debieron continuar luchando para que le sean reconocidos sus legítimos derechos, esto también representa un testimonio valioso para nuestros alumnos.

Aun así la situación de la mayoría de nuestros excombatientes dista mucho de ser la que se merecen, ignorados tanto por una sociedad indiferente como por las autoridades, un número elevado de excombatientes viven en condiciones que han llevado a muchos de ellos al suicidio. La guerra y la indiferencia de muchos siguió cobrando vidas.

Si bien es necesario hacer memoria y aprender de nuestra historia reciente es imprescindible huir de los rótulos y las frases hechas. Por eso es importante que nuestros jóvenes sepan que los verdaderos héroes quedaron para siempre en las islas o en el mar que las circunda. Quienes regresaron son hombres, simplemente hombres.
A todos ellos homenajeamos hoy.

Héctor Carrer
Texto escrito para una revista educativa, en abril de 2007

Anónimo dijo...

De pañuelos y sus significados

“No pedimos ser eternos, sino sólo no ver cómo los actos y las cosas pierden sentido bruscamente. Es entonces cuando se muestra el vacío que nos rodea…”
Vuelo Nocturno. Antoine de Saint-Exupéry

Los días previos a partir hacia las islas, tuvieron para mi tal sentido de trascendencia y de vértigo que aun hoy, solo con evocarlos, me producen más ansiedad que melancolía.

¿Cómo se despide un adolescente que va a la guerra? Como se despide a un adolescente que va a ir a la guerra?

Estábamos acuartelados desde hace muchos días, por una gran huelga con movilización a la que había convocado la CGT, habían cancelado nuestro franco de fin de semana, cuando el desembarco, las arengas y la preparación para el viaje al sur nos sorprendió al igual que a todos los argentinos. Algunos compatriotas reaccionaron futboleramente, otros con más sensatez.

Una arenga más en la plaza de armas y van… nos dicen que tenemos algunas horas para despedirnos de los nuestros, apenas horas. Nos dejan salir del cuartel, nos lanzan como palomas mensajeras, sabiendo que inexorablemente volveremos, prisioneros de su condicionamiento.

Nos separamos a la salida del cuartel en busca de las intimidades que pospusimos, que algunos pospondrán para siempre - qué curioso, cuando volvimos de las islas, la única intimidad anhelada era con esos compañeros -.

Nos lanzan y corro en busca de rostros y de abrazos. Corro una carrera perdida al comenzar. Corro con la noticia ahogándome.

¿Cómo se despide un adolescente que va a la guerra? ¿Qué palabras elige? ¿Qué lazos se cortan para siempre?

Luego de cenar con mi familia, salí con Mariana en busca de un lugar para despedirnos. Encontramos adecuado un banco de la plaza Congreso y allí pasamos toda la noche. ¡Que carencia inmensa es para los adolescentes la falta de un espacio para su intimidad! ¡Cómo olvidamos de adultos esa necesidad de los jóvenes!

En ese banco de plaza, Mariana me dio un pañuelo con su perfume. ¡Cuántas palabras necesitó nuestra despedida! ¡Cuántas promesas incumplí!

Ese fue uno de los dos pañuelos que me llevé a las islas, el otro, el de mi grupo scout me lo llevó mi papá al cuartel, me lo dio en la puerta a través de la reja, fue en ese momento veloz en el que tomé valor y le dije que nos íbamos a Malvinas .

¿Cómo se despide de un padre un adolescente que va a la guerra? ¿Qué abrazo? ¿Qué silencio? ¿Qué palabra?

Los dos pañuelos estuvieron todo el tiempo conmigo, uno en el cuello bajo el duvet de combate, el otro en el bolsillo interno de mi abrigo. Tarde entendí que ambos sirvieron como el mástil al que se amarró Odiseo.

Ambos pañuelos balizaron mi retorno. Por eso cuando volví ya no tenía sentido conservarlos, le devolví a Mariana su pañuelo y regalé el de mi Grupo Scout a un amigo.


De pañuelos… (II)

“…desde hoy hasta el fin del mundo, sin que seamos recordados en él nosotros pocos, felices pocos, nosotros, grupo de hermanos, pues el que hoy vierta conmigo su sangre será mi hermano…” Enrique V. Acto IV. Escena III. William Shakespeare

Luego de muchos días de prisioneros de guerra parecía que por fin embarcaríamos para hacer el viaje de regreso al continente.

En el embarcadero se habían formado cuatro o cinco filas de soldados cansados, que arrastraban sus borceguíes como si el peso de la derrota se concentrara en el cuero mojado por semanas.

En cada fila un oficial británico hablando un castellano argentino nos preguntaba grado y unidad a la que pertenecíamos.

- Soldado. Compañía Ingenieros de Combate 601, respondí con prolijidad cercana al automatismo.
- Por allí , me respondió el militar británico, señalando una de las columnas y con acento robado de Villa Lugano.

Parece que están requisando todas la pertenencias personales, me dice el compañero que marcha delante de mi en la fila. Casi instintivamente apreté contra mi pecho el escaso puñado de cartas que había recibido, un calendario improvisado en una hoja mugrienta de cuaderno y el pañuelo con el vago perfume de Mariana. Es curioso como los humanos asignamos valor a los objetos.

Algunos pasos más le llega el turno de la requisa a mi compañero, esta vez es un soldado que no habla castellano. Le abre el duvet, lo palpa y le retira todas sus pertenencias, as toma con asco de inquisidor ante la herejía.

El siguiente soy yo, estoy resignado a perder las únicas posesiones que tengo en el mundo en ese momento. El soldado repite la operación, abre mi abrigo, y al palpar los objetos que llevo en el bolsillo interno de mi duvet, se queda perplejo mirando el trapo mugriento que llevo colgando alrededor del cuello.

Mira el pañuelo, me mira a los ojos y me pregunta dudando:

- Scouts?, Boy scout? me repite ansioso como si no le hubiera entendido.

- Si, scout le digo.

Sonríe, se sonríe a sí mismo, le sonríe quizás a quien fue, toca una vez más el pañuelo, palpa otra vez más el sitio donde llevo las cartas, cerrando mi abrigo, me mira y me dice:

- It s ok. . . scouts repite y se queda sonriendo al tiempo que me indica que prosiga mi marcha.


Héctor Carrer

Anónimo dijo...

Hace unos 4.000 años, en la Argentina, un pequeño asteroide metálico estalló a poco de entrar a la atmósfera en la zona de cabo corrientes. Existen distintos relatos aborígenes, transmitidos de generación en generación, que hablan de una lluvia de fuego. Dicen que ese objeto, que tal vez tenía 10 o 20 metros de diámetro, se fragmentó en el aire y dio lugar a una terrible lluvia de piezas más chicas, entre las que sobresale el meteorito scout, de 37 toneladas. Es el más grande encontrado en la Argentina y el segundo a nivel mundial. Otras piezas muy importantes de ese mismo objeto original se encuentran expuestas en la casa scout de buenos aires. Pero el domingo a la noche, un bólido de fuego, escribió otra historia.

Era noche de estrellas, de muchas estrellas; de cielo grande en mar del plata. Estaba fresco y muchos sacaron las sillas a la vereda a esperar que les llegue el sueño. Los que madrugaban más ya estaban acostados. La tranquilidad de los 7000.000 habitantes dela ciudad de ma r del plata era lo esperado, lo habitual de una noche de domingo.

Y de repente pasó. Veloz, rápido; muy rápido. Ocurrió eso que desearon desde siempre. Desde que comenzaron a sentarse en el frente de sus casas a mirar el cielo. ¿Pero lo habían visto todos? ¿Fue realmente lo que pareció? ¿O simplemente formó parte de la imaginación del scout marplatense al que no le pasa más nada que el tiempo?si era el si el mismoooooo

Eran las 22.03 según registró de la casa scout en mar del plata, con sede en funes y garay. No podía ser un rayo porque el tiempo estaba lindo. Los que estaban casi dormidos pensaron que era el SALVATIERRA, el que se encarga de la seguridad de la zona, que tiene una linterna potente y cuando ve algo raro (la mayoría de las veces son perros o un oso suelto) ilumina y encandila.

Pero el ruido era como el de la explosión de una garrafa pinamar 95 (cadipa) , entonces los que estaban en el frente de sus casas corrieron a ver si todo estaba en orden en el patio, detrás donde va la conexión del gas. Los que dormían se quedaron tranquilos porque parecía parte del sueño.

El amanecer de funes es anterior a los amaneceres. La gente se levanta antes que el sol. Ya no se hablaba de otra cosa, la radio encontró el protagonista fácilmente. En el diario, en su titular y en el colegio no se habló de otra cosa.

“Yo pensé que eran gatos en el techo, no me preocupé mucho siempre cagan en los pasillo y mean los distritos", cuenta margarita liberatore desde la cocina de su casa en el frente de casa scout. “No vi dónde cayó pero escuché un estruendo que no lo voy a olvidar. Vi luces de todos colores que iban desde azul, verde hasta rojas. No entendía nada y con mi marido nos miramos y no pudimos decir una palabra. Todo fue muy rápido.”

Las historias que se cuentan en funes son muchas y un tanto increíbles. Algunas se agrandan con el paso del tiempo y otras, directamente, se inventan. Pero ésta es real, “Tengo más de 60 años, nunca pasó una cosa así por acá. Dicen que no es nada malo pero a mí un poco me asusta porque si esto cayó puede pasar cualquier cosa más adelante”, confiesa margarita liberatore que es oriunda de en frente

¿Pero dónde cayó realmente el objeto, bólido; fenómeno que llaman meteorito?

–en casa scouts–, responden todos. Los 1.500 a la vez como en un coro.

Quién no quiere que su pueblo sea el protagonista de la historia, que trascienda la noticia y que se haga más popular. Lo siguen buscando al meteorito, pero en funes aseguran que fue ahí donde el meteorito eligió caer. En una ofina o en la proveduria. En lo de oppidojovich, en la estancia, en los silos. Detrás de la vía. En la entrada de pedro morenopedroSajaroff o cerca de roca e independencia.
lo unico que sabemos hasta la fecha que podemos confirmar que dentro de ese bolido viene un auxiliar sureño